Feels, feels everywhere.
Al despertar, con una mirada fría en los ojos,
Una gota cayó sobre las sábanas,
Un sueño más que se me escapa de las manos.
Lo deposito en mi caja de tesoros,
Tal cual una propina destinada a una lata,
No queda más que hacer cuando te desvaneces en el subconsciente.
Iniciaré quizá el viaje de mi vida,
Pero estoy aquí, pensativa por un momento, sentada,
No tengo el poder de alzarme para ir hacia ti,
¿Tú sabes?, sólo me quedó el rastro de un "adiós"...
Un recuerdo amargo se clava en mi corazón.
¿No piensas que viré en el lado equivocado?
Confundida trastabillo en un camino rocoso,
Una luz fugaz y cálida me abrazó, me tuvo unos instantes,
Esos en el que tu reflejo estuvo en los charcos de la ciudad,
Y yo, estupefacta, trastornada, sentí que algo se rompía en mi interior.
El mundo es tan enorme, sin embargo, aun te busco.
Es una locura, si quisiéramos ser felices sólo una vez,
Con sólo mirarnos sabríamos que nos arrancamos sonrisas del alma,
Que con las manos entrelazadas nos volvemos fuego incandescente;
Tendría yo en cuenta que jamás me separaría de ti,
Después de todo, tú dices, es una típica historia de tragedia,
Si ella sirve igual a todos, al final el sufrimiento no es de nadie,
Sino de nosotros mismos amor mío, y si las lágrimas ruedan,
Quizá realmente no te pertenezcan, el dolor es mío, ¿Por qué compartirlo?
Las estrellas van cayendo del cielo y el va quedando obscurecido,
La Luna tan bella se empieza a apagar, me pregunto si vendrá la mañana.
Los minutos corren, me digo, desperdiciados en una ilusión,
Pero, pueden despilfarrarse mientras pueda verte,
Aunque sea un día, una hora, un mes,
Todo lo que mi vida me permita hacerlo.
Un destello azulado de tus pupilas, mi mirada perdida en ti,
Eso basta para mi, para vivir otro día sonriendo,
Aunque pueda que espere en un sueño inacabable,
Esperaré hasta tu llegada, en silencio, mordiéndome los labios.
Darte mi amor es como afilar la espada de mi propia ejecución,
Lo sabes, ahora que te estoy amando, ahora que tienes el poder de destruirme,
Podrías pasar sobre mi y yo haría una escalera al cielo sin importar nada,
Con cada roce de tu piel, al escuchar tu voz, mientras me erizo,
No dejo de pensar en ti, un rastro de tu amabilidad se quedó en mi.
Quisiera... ya quisiera poder decir lo que me traigo entre manos,
Pero no es más que los latidos de mi corazón vibrante,
Ondas de amor, suaves y tersas, que apenas y se sienten,
Cohetes espaciales que usurpan las nobles intenciones y se las llevan al espacio,
Flores de cerezo y la tranquilidad del lugar en el que me refugio.
El mar está intranquilo, las olas se repiquetean entre las rocas,
Al despertar, con los mismos ojos fríos,
Lo único que tengo es un deseo,
Pienso, si pasa a ser la propina del día, qué mejor.
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